La producción de granos y oleaginosas en México enfrenta su peor caída en 25 años, con una reducción estimada de 8.4 millones de toneladas, principalmente en cultivos estratégicos como maíz, trigo, frijol y sorgo.

La crisis, impulsada por la migración, sequías, altos costos de insumos, bajos precios, falta de apoyos gubernamentales y la intervención de intermediarios (“coyotes”), pone en entredicho la autosuficiencia alimentaria promovida por el gobierno federal a través del programa Sosteniendo la Soberanía, alertó Álvaro López, dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA).

COLAPSO PRODUCTIVO Y DISCURSOS VACÍOS

López Ríos destacó que, mientras en 2021 se produjeron 40.8 millones de toneladas de granos, para este año la cifra apenas alcanzará 32.4 millones.

“No hay soberanía alimentaria; se impulsa con discursos, pero la realidad es que el campo está abandonado”, afirmó en entrevista.

Criticó al secretario de Agricultura, Julio Berdegué, a quien llamó “el pomadoso” por su actitud “presumida y alejada de los campesinos”, sin acciones concretas para revertir la crisis.

Según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en los últimos seis años México perdió 2.19 millones de hectáreas de superficie cultivada. Además, por primera vez en dos décadas, el país no alcanzará la autosuficiencia en maíz blanco —base de la dieta nacional—, con un déficit de 600 mil toneladas que deberán importarse.

El líder campesino denunció que las reservas de granos básicos desaparecieron tras el desmantelamiento de instituciones como CONASUPO, Liconsa y Diconsa, así como de los Almacenes Nacionales de Depósito“La infraestructura de acopio se esfumó”, lamentó.

“Hay nuevos circuitos delictivos donde los productores pagan ‘derecho de piso’ a grupos criminales por cosechar o vender ganado”, explicó López Ríos, señalando que el problema afecta a múltiples entidades.