No es el futuro, sino el pasado. En enero de 2010, la temperatura promedio de la Ciudad de México fue de 13.1 grados centígrados. En 2015 subió a 14.7 y el mes pasado se ubicó en 15.6 grados.
Eso tiene nombre, se llama calentamiento y si no creen que sea global, es seguro que se trata de algo, cuando menos, nacional. Las cifras son oficiales, de Conagua.
En 10 años contados de 2010 a 2020, la temperatura promedio subió así: de 12.5 a 16.2 en Nuevo León; de 9.4 a 11.8 en el Estado de México; Jalisco pasó de 15.5 a 17.8 grados y Yucatán, de 21.6 a 23.7 grados centígrados.
En enero de 2020, el estado más caliente del país fue, lo que son las cosas, Tabasco, que en una suerte de poesía, apuesta por una nueva refinería de petróleo.
En ese edén la temperatura promedió 24.7 grados. México, como país, alcanzó en enero de este año una temperatura promedio de 16.9 grados centígrados, 2.1 grados más que en 2010. Pronto, lo nuestro será la chancla y el pantalón de manta.
Los científicos serios advierten que la principal razón del calentamiento global es el efecto invernadero. Lo provocan gases que impiden la salida del calor que el sol envía a la Tierra. Esos gases son primordialmente el bióxido de carbono, perceptible en el escape de sus automóviles y el metano que en buena medida emiten principalmente las petroleras al producir crudo que viene acompañado del segundo. Lo llaman “venteo”.
El boom petrolero de Estados Unidos y el consumo creciente de China e India lucen como los principales emisores que provocan que ustedes usen camiseta en lugar se suéter en estos días.
Ayer, Bloomberg divulgó lo siguiente: “Las temperaturas globales ya están batiendo récords constantemente; 2016 ha sido el año más cálido seguido por 2019, según datos de la Organización Meteorológica Mundial. Es probable que esa tendencia continúe hasta 2028, con un 75 por ciento de posibilidades de que cada año aparezca entre los 10 más calientes de todos los tiempos, según el estudio presentado a Bulletin of the American Meteorological Society”.
Este efecto viene acompañado de un círculo vicioso: como hace más calor, éste provoca la compra de aires acondicionados que requieren más electricidad que necesita la quema de más carbón y gas natural para ser producida. Con ello, el calor aumentará.
Habrá que ver las consecuencias que tenga eso sobre sequías y la producción de alimentos, lo que impactará la economía y finalmente, el comportamiento de la sociedad… en México, que no está como para malas bromas.
En el mundo, varias empresas se apuran para aprovechar el lado positivo del momento.
¿Recuerdan la marca de aires acondicionados Carrier? Es parte aún del conglomerado United Technologies, cuyos líderes esperan lanzarla como empresa independiente en un spin off anunciado en 2018 y programado para abril. Obviamente esperan buenos ingresos.
Tal vez sí conozcan Virgin, la popular empresa de Richard Branson.
Este empresario lanzó un reto mundial para convocar a las mentes más innovadoras, para que le ofrezcan nuevos sistemas de enfriamiento de interiores en general. Su intención es reducir la huella de carbono de los aires acondicionados.
Lo llamó Global Cooling Prize, en el que participaron nueve proyectos mexicanos que no llegaron a la final. Son ocho los finalistas que recibirán en total 3 millones de dólares en premios.
Están dirigidos por algunos de los fabricantes de aire acondicionado más grandes del mundo, ubicados en China, India y Estados Unidos. Están Gree Electric Appliances y Daikin AirConditioning, amén de un nuevo spin-out de un laboratorio de la Universidad de Cambridge.
Ellos lanzaron una gama de tecnologías, incluidos diseños híbridos inteligentes de compresión de vapor; de enfriamiento por evaporación y tecnologías de enfriamiento de estado sólido que usan poco o nada de refrigerantes que ocasionen calentamiento global. Acá les esperamos con los botones abiertos.