Durante la audiencia del lunes 1 de diciembre a las 13:30 horas, Joaquín Guzmán López, hijo de El Chapo Guzmán, se declaró culpable ante la Jueza de Distrito de Estados Unidos, Sharon Johnson Coleman. La declaración ocurrió en la Sala 1241 de Chicago, Illinois,en el Tribunal ubicado en Everett McKinley Dirksen 219 South Dearborn Street.
El periodista Jesús García detalló que el hijo de El Chapo se declaró culpable de dos delitos: lavado de dinero y actividades de narcotráfico.
Su detención ocurrió junto con el arresto de El Mayo Zambada en julio de 2024 y tras negar inicialmente los cargos de narcotráfico, blanqueo de dinero y uso de armas de fuego con el Cártel de Sinaloa, modificó su declaración.
Joaquín Guzmán López y Los Chapitos
A Guzmán López se le acusa de haber formado, junto con sus tres hermanos, la facción de Los Chapitos, el cual retomó las actividades de El Chapo, quien fue condenado a cadena perpetua en Estados Unidos desde el 2019.
«El Güero”, como también es conocido, fue detenido en julio de 2024 tras llegar a Texas en una avioneta con el cofundador del Cártel de Sinaloa, Ismael “Mayo” Zambada, quien declaró que fue engañado sobre el destino del vuelo y entregado por la fuerza a las autoridades estadounidenses.
Tras ese arresto, se multiplicaron los enfrentamientos en Sinaloa entre las facciones de Los Chapitos y La Mayiza, quienes buscan quedarse con el control del Cártel de Sinaloa. La guerra interna entre estas dos divisiones, ha causado la muerte de alrededor de 1,200 personas en México y cerca de 1,400 desaparecidos, derivado de las actividades ilícitas que ejecuta.
De acuerdo con el Departamento del Tesoro, el Cártel de Sinaloa es el responsable de la introducción de fentanilo en el país vecino, donde miles de muertos han muerto por sobredosis en los últimos años. Además, están involucrados tanto en el proceso de la adquisición de precursores químicos, como en la fabricación clandestina y la distribución transnacional, hasta las complejas redes de lavado de dinero.
El tráfico de esta droga y sus consecuencias en Estados Unidos han generado tensión en la relación entre Washington y México, pues Los Chapitos han consolidado una estructura que en la actualidad domina el flujo de dicha droga.
El proceso arranca con la importación de precursores desde China hacia México, donde son procesados en laboratorios ocultos para producir tanto polvo como píldoras de fentanilo. Las drogas terminadas son trasladadas a Estados Unidos por rutas terrestres, marítimas, aéreas y subterráneas, desde donde se distribuyen a lo largo del país.
Según la DEA, en la cadena de producción y tráfico se encuentran proveedores de precursores, jefes de laboratorios clandestinos, responsables del transporte y distribución, así como operadores de lavado de activos y tráfico de armas.
Entre ellos destacan: Yaqin WuKun Jiang, Samuel Leon-Alvarado, Noel Perez-Lopez, Luis Javier Benitez-Espinoza, Alan Gabriel Nunez-Herrera, Liborio Nunez-Aguirre, Oscar Noe Medina-Gonzalez, Mario Alberto Jimenez-Castro, Nestor Isidro Perez-Salas, Jorge Humberto Figueroa-Benitez y Julio Marin-Gonzalez.
















