Los médicos habían pedido al presidente brasileño distanciamiento social después de que algunos de sus colaboradores dieran positivo por coronavirus.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ignoró ayer la recomendación médica de aislamiento después de haberse sometido a una prueba de coronavirus que resultó negativa.
El mandatario de ultraderecha salió el domingo del palacio presidencial para saludar mano a mano a decenas de simpatizantes que participaron en un acto de apoyo a su Gobierno.
El presidente estuvo esta semana bajo sospecha de haber contraído el virus, después de que un ministro de su Gobierno, Fabio Wajgarten, que viajó junto con él a EU, fuera diagnosticado con coronavirus. Otros dos integrantes de la comitiva del presidente brasileño también resultaron infectados.
Los médicos han advertido a Bolsonaro de que era necesario un tiempo de aislamiento pues tiene que someterse a una nueva prueba que descartará el periodo de incubación de la enfermedad.
Bolsonaro ha desobedecido todas las recomendaciones médicas que dio la Organización Mundial de Salud y se puso en contacto con parte de sus seguidores, quienes participaron en el acto celebrado en Brasilia y que reunió a unas 8,000 personas para manifestarse en contra del Congreso Nacional y el Supremo.
El presidente tomó su celular para hacer una transmisión en vivo en su página de Facebook y bajó la rampa del Palacio de Planalto para tocar las manos a decenas de simpatizantes. Se tomó selfies con ellos, sacudió banderas y carteles del público.
La presencia y apoyo de Bolsonaro en una protesta que ataca a los poderes Legislativo y Judicial puede ser considerado un crimen de responsabilidad, según la Constitución.
La manifestación estaba programada hace más de un mes en varias ciudades y Bolsonaro la promovía discretamente. Antes de viajar a EU, el sábado 6 de marzo, el presidente apoyó abiertamente las protestas, lo que afectó aún más las relaciones con el Parlamento y los ministros de la Corte Suprema.
A lo largo de ayer, Bolsonaro compartió en sus redes sociales protestas a su favor en varias ciudades. El presidente tiene apoyo fiel del 30% de los electores. Está por verse si su popularidad crece o se desploma por la gestión de la epidemia.