La pobreza infantil en el país se redujo 6.8 puntos porcentuales en dos años, al pasar de 52.6 por ciento en el 2020 a 45 por ciento en el 2022, donde el Estado de México reportó la cifra más alta de todas las entidades, con alrededor de 2 millones 610 mil niñas, niños y adolescentes (NNA) en esa situación.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)  dieron a conocer el documento “Pobreza infantil y adolescente en México 2022”, en el cual visibilizan las condiciones de vida en las que se encuentran las niñas, niños y adolescentes en el país, grupo que enfrenta las mayores condiciones de pobreza y carencias sociales de toda la población.

Conforme al estudio, la pobreza infantil y adolescente se distribuye de manera heterogénea en el territorio. De manera análoga a lo que ocurre para la población total, se observa que la pobreza se aglomera en determinadas entidades del país: en la región sureste, el porcentaje de pobreza infantil es el más alto (62.5 por ciento), contrastando fuerte mente con lo reportado por la región noroeste (24.0 por ciento). Asimismo, alrededor de la mitad de las NNA que habitan en la región centro se encuentran en situación de pobreza (54.3 por ciento).

Las carencias sociales que enfrenta la población infantil y adolescente también presentan diferencias importantes entre regiones. Por ejemplo, las carencias por acceso a los servicios de salud y acceso a la seguridad social muestran patrones de una alta incidencia en la región sureste (55.5 por ciento y 72.1 por ciento, respectivamente), contras tando fuertemente con los valores reportados por esas mismas carencias en las regiones noroeste (26.4 por ciento y 39.3 por ciento) y noreste (28.7 por ciento y 39.9 por ciento).

Las carencias asociadas a la vivienda reflejan patrones similares; en el caso de la relacionada con la calidad y espacios de la vivienda hay 15 puntos porcentuales de diferencia entre los porcentajes de la región noreste (7.6 por ciento) y la región sureste (22.6 por ciento); en tanto que la carencia por acceso a servicios básicos en la vivienda alcanza los 40 puntos porcentuales de diferencia entre la región noroeste (8.0 por ciento) y la sureste (48.0 por ciento).

El porcentaje de población con ingresos inferiores a la LPEI en la región sureste es casi cinco veces mayor que en la noreste; mientras que el de la población con ingresos inferiores a la LPI es el doble en la región sureste que en la noroeste.

Los contrastes en los porcentajes de población infantil y adolescente en condiciones de pobreza son tales que en Baja California y Baja California Sur rondan en 18 por ciento, mientras que en Chiapas alcanzan 77.3 por ciento.

En México, en 16 de las 32 entidades federativas más de 40 por ciento de las NNA viven en situación de pobreza; en tanto que la pobreza extrema alcanza a más de 15 por ciento de este grupo etario en 6 de los 32 estados.

Las entidades con altas proporciones de pobreza infantil y adolescente suelen ser aquellas donde también hay más pobreza extrema; por ejemplo, en Chiapas, 77.3 por ciento de NNA se encuentran en condiciones de pobreza, 40.4 por ciento en pobreza moderada y 36.9 por ciento en pobreza extrema; o en Guerrero, donde estos valores son de 68.8 por ciento, 41.2 por ciento y 27.6 por ciento, respectivamente. 

Lo anterior muestra el alcance que tiene la pobreza en la zona sur del país, en tanto que la zona norte se ubica con porcentajes menores que la media nacional.

En cuanto al número de NNA en condiciones de pobreza por entidad federativa, se observa que en Baja California Sur y Colima se reportan alrededor de 40 mil y 57 mil NNA en pobreza, respectivamente.

Lo anterior contrasta con Puebla, Veracruz y Chiapas donde hay entre 1.4 y 1.6 millones de NNA en esta situación, mientras que en el Estado de México hay 2.6 millones, la cifra más alta entre las entidades federativas.

Para el estudio se utilizaron los datos más recientes de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2022, llevada a cabo por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la metodología para la medición multidimensional de la pobreza desarrollada por el Coneval.