De los 851 mil 502 mexicanos que entre 2019 y 2020 obtuvieron un préstamo de 6 mil pesos del Programa de Microcréditos para el Bienestar, mejor conocido como «Tandas para el Bienestar», el 83 por ciento no hizo ningún reembolso o lo hizo parcialmente.

Sólo 141 mil 145 beneficiarios se mantuvieron al corriente en sus pagos, a 10 meses sin intereses, confirmó la Secretaría de Economía, dependencia que administró el programa durante esos dos primeros años.

De los que incumplieron con el programa, 571 mil 637 (67.1 por ciento) no hicieron ningún pago y 138 mil 720 (16.3 por ciento), hizo pagos incompletos.

El monto del adeudo, tan solo por los que no hicieron ningún pago, sería de 3 mil 429 millones 822 mil pesos.

El programa buscaba financiar hasta a un millón de pequeños negocios que no eran atendidos por la banca comercial; cuando se hubiera reembolsado el dinero, se podría acceder a un préstamo de 10 mil, después a uno de 15 mil y luego a 20 mil pesos.

Se esperaba que los reembolsos de las tandas sirvieran para seguir financiando el programa que arrancó con un presupuesto de 3 mil 33 millones de pesos, pero que se redujo a 2 mil 500 millones en 2020 y a mil 500 millones en 2021. Para 2022 ya no fue incluido en el Presupuesto de Egresos.En 2021, el programa fue transferido de la Secretaría de Economía a la de Bienestar, por lo que no se ha informado lo que pasará con el adeudo.

En Economía dijeron que le corresponde a la de Bienestar, pues se transfirió con todo y adeudos, mientras que en ésta quedaron en que analizarán sobre la estrategia a seguir e informar sobre el reembolso en 2021 y 2022.

En octubre pasado, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) reveló irregularidades en este Programa de Tandas durante 2020.Señaló, por ejemplo, la «entrega» de apoyos a personas fallecidas, así como una diferencia de 100 mil personas entre el padrón de beneficiarios reportado por Economía y el de Bienestar.

La asignación de las tandas ha estado en la opacidad, pues el Gobierno aseguró que los beneficiarios fueron elegidos entre quienes en el Censo de Bienestar, realizado a finales de 2018, antes del cambio de Gobierno, dijeron tener un negocio y estar interesados en un crédito.