Doug Ford, primer ministro de Ontario, ha generado controversia al proponer la expulsión de México del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), sugiriendo que este tratado vuelva a un formato bilateral entre Estados Unidos y Canadá

El funcionario canadiense, conocido por sus posturas conservadoras, ha señalado que México se ha convertido en una “puerta trasera” para la entrada de productos chinos al mercado norteamericano, afectando, según él, tanto a la industria automotriz de Canadá como a los empleos locales.

Ford ha argumentado que el T-MEC está permitiendo que ciertos productos, especialmente en el sector automotriz, ingresen desde China a través de México, lo que, en su opinión, tiene un impacto negativo en la economía canadiense y estadounidense. 

Asimismo, el primer ministro de Ontario, exige que el gobierno mexicano iguale los aranceles que Estados Unidos y Canadá imponen a las importaciones de China para evitar que este tipo de prácticas continúe.

Impacto de los productos chinos en la industria automotriz canadiense

El motivo central de la propuesta de Ford tiene como eje la industria automotriz, la cual es un pilar económico tanto en Ontario como en todo Canadá. 

Ontario es hogar de importantes plantas de ensamblaje de fabricantes como Ford Motor, General Motors, Toyota, Honda y Stellantis, las cuales dependen en gran medida de los proveedores de autopartes y otros insumos que cruzan la frontera norteamericana. 

Ford sostiene que la importación de productos chinos a través de México no solo representa una competencia desleal, sino que también afecta los puestos de trabajo de trabajadores en Canadá y Estados Unidos, argumentando que estas prácticas debilitan las economías locales.

El primer ministro de Ontario ha enfatizado que las importaciones provenientes de China afectan de manera directa a los fabricantes de autopartes y a otros eslabones de la cadena productiva de la región. 

El político canadiense declaró que el comercio libre debe ser “justo”, y que México está aprovechando el acuerdo comercial trilateral para introducir productos chinos que no cumplen con los estándares arancelarios de Canadá y Estados Unidos. 

Para Ford, la solución pasa por renegociar el T-MEC en términos bilaterales o, en su defecto, presionar a México para que se alinee con los aranceles de sus socios norteamericanos.