Hay historias todos los días en nuestro país de mujeres que son violentadas, asesinadas y si habláramos de todos los casos que hay a diario, se nos llenarían los tiempos de los noticieros y columnas solo hablando de feminicidios, pero hay historias que tienen que ser contadas, y no porque sean más importantes o más dolorosas que otras, pues toda perdida es irreparable, todas son igual de importantes, pero quiero hoy contarles de una historia que nos refleja como estamos fallando como sociedad.

La historia de LUZ RAQUEL PADILLA se desarrolla en el municipio de Zapopan Jalisco, una mujer de 35 años, mamá soltera de un pequeñito de 11 años de edad diagnosticado con trastorno con espectro autista, que se distingue por una amplia variedad de comportamientos cíclicos, sociales y comunicativos, cada niño autista experimenta síntomas de forma diferente y en un espectro o episodios que van de leve a grave. Lo más difícil es no poderse comunicar y como mamá aprender a identificar qué es lo que requiere en cada momento de crisis.

Así que si ya de por si es difícil ser mama soltera por todo lo que ya sabemos, en el caso de LUZ era más pesado por el desgaste emocional, anímico, físico y económico que conlleva cuidar a su pequeño, pero eso no la desanimaba pues por lo que subía a sus redes era una mujer positiva, activista.

Pero las redes sociales también le sirvieron para mostrar el conflicto vecinal que sostenía con algunos de sus vecinos debido a los ruidos, gritos que tenía el niño cuando tenía algún episodio de crisis derivado de su enfermedad, incluso había comentado que en una ocasión el niño le pego a las paredes antes de tener un ataque de epilepsia y que una de sus vecinas mando pedir una patrulla para que la detuvieran por los ruidos q venían de su departamento.

Esto escaló al grado de atacarla con cloro de uso industrial y amenazarla con pintas de que la matarían y la quemarían viva, por lo que acudió a poner una denuncia ante las autoridades por las agresiones y amenazas por lo que se inicio una carpeta de investigación, en mayo cuando sobrevivió al ataque de cloro, ella solicito ser integrada al programa pulso de vida con el objetivo de recibir protección, pero se lo negaron por considerar que las amenazas no eran causa suficiente.

2 meses después el sábado 16 de Julio, 5 personas la rociaron de alcohol y le prendieron fuego dejándola con el 80 % de su cuerpo quemado fue trasladada al hospital y a los 3 días falleció. Por supuesto que se condena la inacción de las autoridades de Zapopan porque a diferencia de otros casos ella si había presentado denuncia y había evidencia suficiente para brindarle protección.

Pero lo que más lastima es la poca comprensión, la nula empatía de los vecinos hacia ella y hacia el niño, cuando por sentido común por su misma condición tendrían que haber sido solidarios, por el contrario, la violentaron, y amenazaron por meses hasta que la asesinaron.

Cuando después de todo lo que hemos vivido, que en teoría tendríamos que hacer mas comunidad y dejar de ser tan individualistas vemos estas historias, me da una profunda tristeza y decepción de lo que somos como sociedad. Porque a LUZ la mato si la inacción de las autoridades, pero también, la intolerancia y el egoísmo de su propia comunidad.