Cientos de propietarios y trabajadores de fondas, restaurantes y bares del estado de México protestaron este lunes frente a la sede del Poder Ejecutivo estatal, en Toluca, para exigir que se les permita operar mientras la entidad está en semáforo epidemiológico rojo, pues las condiciones económicas por las que atraviesa su sector son “insostenibles”.

Empresarios y asalariados dijeron estar “con el agua hasta el cuello” y advirtieron que si no se les permite reanudar actividades cientos de negocios quebrarán, como ya sucedió con más de 10 mil establecimientos en el estado.

En Toluca, unas 300 personas se manifestaron con la consigna “cacerolazo, abrir o morir”, mientras en la cabecera municipal de Valle de Bravo protestaron poco más de 50, argumentando que casi 20 por ciento de los 180 negocios de comida en la localidad han cerrado.

Dueños de restaurantes afirmaron que la mayoría de los negocios del ramo redujeron personal y otros cerraron, pues sus bajos ingresos no cubrían ni la renta de los locales. Agregaron que laborar sólo con servicio para llevar les deja apenas 5 por ciento sobre sus costos de operación.

Los inconformes demandaron apoyo para negocios y empleados. “Recurrimos a créditos el año pasado para no cerrar, pero ya no es posible endeudarse más; los periodos de gracia con los acreedores terminaron. Debemos seguir pagando no sólo los créditos, sino también los impuestos y las licencias que exige la autoridad, y con las puertas cerradas es imposible sobrevivir”, expuso la dueña de un restaurante en Metepec.

Asimismo, reprocharon la falta de ayuda gubernamental a pesar de su apremiante situación. “Se ha apoyado a otros sectores, pero a éste, que es esencial en la economía, ni lo miran. Vemos con enojo y frustración que mientras sufrimos penurias, el comercio informal de venta de comida sigue operando”, indicó un cocinero, cacerola en mano.

Integrantes de la industria restaurantera anunciaron que a partir de este martes realizarán cacerolazos a las 13 horas en sus establecimientos, para que los ciudadanos se enteren del problema. Otros advirtieron que abrirán sus puertas, en desacato a las disposiciones oficiales.

En tanto, el ayuntamiento de Toluca y el Instituto de Salud del Estado de México instalaron un puesto de pruebas rápidas de Covid-19 en el parque Alameda 2000, en el sur de la capital mexiquense. Ahí se prevé aplicar a diario de 500 a mil estudios y contener la propagación del virus SARS-CoV-2.

El gobierno federal certificó ayer en el estado de México 156 mil 494 contagios de Covid-19 y 20 mil 342 defunciones.

En Acapulco, Guerrero, el presidente de la Federación de Cámaras de Comercio en el estado (Fecanaco), Alejandro Martínez, consideró necesario que las autoridades sean flexibles al imponer los horarios de operación a restaurantes con servicio de bar, para los cuales es complicado cerrar a las 11 de la noche, como se dispuso en la entidad el 4 de enero.

Destacó que el fin de semana fueron clausurados en Acapulco al menos tres establecimientos afiliados a la Fecanaco que violaron dicha medida, y pidió “que nos den una hora más para operar”.

La Secretaría de Salud de Guerrero corroboró ayer 11 mil 496 casos de coronavirus en Acapulco y mil 272 defunciones, mientras el gobierno federal avaló en el estado 26 mil 994 aquejados y 2 mil 775 fallecimientos.