El robot humanoide Optimus, desarrollado por Tesla, continúa mostrando avances notables en sus capacidades físicas y tecnológicas. Equipado con un “cerebro” similar al de los vehículos autónomos de la compañía, cuenta con una batería de 2,3 kWh y 40 articulaciones electromecánicas, lo que le permite moverse con fluidez y adaptarse a distintas tareas.
En un video de prueba, Optimus fue empujado mientras practicaba rutinas de kung fu; aunque aún depende de un arnés para mantener la estabilidad, logró conservar el equilibrio, demostrando progresos importantes en su control dinámico.
El futuro de la robótica humanoide
Este desarrollo refleja el compromiso de Tesla por optimizar las capacidades de Optimus en escenarios realistas. El objetivo es que el robot pueda operar de forma completamente autónoma en cualquier entorno. A diferencia de otros robots que han demostrado habilidades en deportes como el boxeo, Optimus se distingue por incursionar en artes marciales, lo que abre nuevas posibilidades en la robótica avanzada.
Impacto y expectativas
Estos avances confirman el potencial de la robótica humanoide como un sector estratégico de innovación. También alimentan el debate sobre el papel que tendrán los robots en la sociedad del futuro, tanto en la industria como en actividades domésticas y de servicios.
Con cada demostración, Tesla se acerca más a un escenario en el que los robots sean asistentes versátiles y autónomos, al tiempo que reafirma su liderazgo tecnológico. Sin embargo, aún persisten desafíos significativos: lograr un equilibrio más natural, aumentar la autonomía energética y garantizar la seguridad en su interacción con los humanos.
