Una semana después del megabloqueo que transportistas realizaron en diversos puntos de la capital y tras cinco años de no incrementar la tarifa, el Gobierno de la Ciudad de México autorizó el aumento de un peso al pasaje del transporte público concesionado a partir del 15 de junio, por lo que el costo mínimo pasará de cinco a seis pesos.

Sin embargo, líderes de Fuerza Amplia de Transportistas (FAT) afirmaron a EL UNIVERSAL que el Gobierno de la Ciudad de México dio un albazo, pues las mesas de diálogo continuaban e incluso sostuvieron reuniones el miércoles con el subsecretario de Gobierno, Ricardo Ruiz, y no les notificaron sobre el aumento.

La tarifa del Metro, Metrobús, RTP, Tren Ligero, Trolebús y Cablebús se mantiene.

En conferencia de prensa, el secretario de Movilidad (Semovi), Andrés Lajous Loaeza, precisó que la actualización de un peso se da con base en los costos de combustible de 2017 a 2021 y de la inflación actual. El último incremento tarifario se dio en abril de 2017, durante el sexenio de Miguel Ángel Mancera.

Lajous Loaeza destacó que la mayoría de los operadores y concesionarios aceptó este aumento: “Si es que hubiera alguna inconformidad, pueden manifestarla. Sin embargo, la mayoría de los transportistas acepta los términos en los que se ha planteado este acuerdo y la actualización”.

Indicó que, a la par de este aumento, los operadores y concesionarios deben cumplir con una serie de medidas como portar licencia Tipo C vigente y visible, que las unidades no tengan vidrios polarizados, los conductores deben usar uniforme (camisa blanca y pantalón oscuro), mantenimiento básico de los vehículos (buen estado de luces, puertas, pasamanos, llantas y frenos), así como capacitación y sustitución de unidades.

“En caso de incumplimiento, habrá sanciones como la cancelación de concesiones y licencias”, advirtió el funcionario.

Expuso que el Gobierno capitalino analizó la variación en los precios de insumos, basado en el Índice Nacional de Precios al Consumidor, y del combustible, por lo que la propuesta inicial de algunos transportistas de un incremento de tres o cinco pesos fue rechazada. “No se justifica subir la tarifa de tres a cinco pesos. (…) El objetivo del Gobierno (…) ha sido, por un lado, mejorar el servicio, pero también proteger la economía popular”, reiteró.

Precisó que el bono de combustible, de más de 4 mil pesos mensuales, que recibieron los concesionarios como apoyo por el impacto de la pandemia, no se volverá a otorgar; el bono de chatarrización, que asciende a 450 mil pesos, se mantiene.

Critican decisión

El 2 de junio, integrantes de la FAT realizaron un megabloqueo en diversos puntos de la capital del país; su exigencia era un alza tarifaria de tres a cinco pesos.

Ese mismo día, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, aseguró a los ciudadanos que no habría un incremento. Luego, los concesionarios dijeron que podrían aceptar un alza de entre un peso o 1.50, más un bono. Ayer, este diario consultó al secretario general de FAT, Francisco Carrazco, sobre el anuncio, quien dijo estar inconforme, pues se mantenían en diálogo.

“Estoy incómodo y molesto por lo que está pasando ahorita. Tomamos mal el anuncio porque supuestamente estábamos en mesas, seguimos trabajando y proponiendo. Esto es un albazo que está haciendo la autoridad”, aseguró.

Señaló que el miércoles estuvieron con el subsecretario de Gobierno, Ricardo Ruiz, y “no nos comentó nada, incluso nos dijo que había que analizarlo y que posiblemente nos volveríamos a reunir”.