A más de un año de no tener la oportunidad de retomar actividades, aproximadamente 5 mil bares, discotecas y centros de entretenimiento, han cerrado definitivamente sus puertas y han dejado sin empleo a casi a 60 mil personas en el Estado de México.

Por ello, desde hace más de tres meses cuentan con un protocolo que les permitiría operar en semáforo naranja o amarillo si la autoridad estatal se los permite.

“Antes de la pandemia había 76 mil negocios con venta de alimentos y bebidas en la entidad, incluyendo bares, restaurantes, discotecas y todo el sector de espectáculos nocturnos. Después de estos 12 meses calculamos que han cerrado aproximadamente 10 mil, de esos 50 por ciento son bares, discotecas, salones de baile y centros de entretenimiento”.

El presidente de la Asociación de Bares y Restaurantes (Asbar) del Estado de México, Patricio González Suárez, indicó que en el último año las pérdidas económicas del sector rondan los 36 mil millones de pesos, aproximadamente, y se sigue acumulando.

A la fecha -refirió- muchos negocios, cantinas o cervecerías, han podido abrir porque trabajan con una licencia de funcionamiento de restaurante-bar y por ende el impacto ha sido menor. El protocolo que armaron desde hace más de tres meses –precisó- es muy similar al de los restaurantes, pero enfatiza que los lugares con pista de baila no podrán utilizarla, tampoco tendrán música en vivo y priorizarán la venta de alimentos sobre las bebidas alcohólicas.

Además de respetar los horarios y aforos establecidos para los restaurantes, así como el resto de las medidas sanitarias. Afirmó que esperarán a que concluya Semana Santa y que no haya un repunte en el número de contagios por covid-19 para solicitar una reunión con las autoridades estatales y puedan llegar a un acuerdo para poder abrir. González Suárez sostuvo que a estas alturas ya no pueden esperar un cambio en el semáforo epidemiológico, pues desde el último trimestre de 2020 se ha mantenido en naranja.

“Todo depende de lo que pase con la gente que salió de vacaciones y que la ocupación hospitalaria se mantenga o vaya a la baja. Estamos proponiendo abrir en semáforo amarillo o si seguimos en naranja, aplicando los protocolos necesarios”. Lo importante -finalizó- es tener una oportunidad para abrir y el bajo riesgo que pueden representar si cumplen con todo.

Si en estos días no hay un repunte –indicó- insistirán en su propuesta, dado que la comunicación con las autoridades estatales es permanente y en las reuniones con el Gabinete de Gobierno se han tomado en cuenta las opiniones de los empresarios.