El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador adeuda 3.5 millones de dólares, alrededor de 60 millones de pesos de acuerdo con el tipo de cambio de ayer, a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) correspondiente a su membresía anual 2023, que debió pagar desde febrero pasado.

De acuerdo con el informe a junio sobre aportaciones y deudas internacionales al organismo, el cual mantiene al menos una docena de programas de asistencia técnica con el gobierno de la Cuatroté, 63 por ciento de las naciones que integran la FAO, incluido México, no han cumplido aún con dicha obligación, por lo que acumula 370 millones de dólares en cuotas atrasadas. Entre los países más deudores están Argentina, Brasil, China, Corea e Irán, además del nuestro.

El mes pasado, durante la 43 Conferencia de la FAO que se celebró en Italia, el gobierno mexicano, a través del secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos, urgió la intervención inmediata de esta organización de la ONU para atender «con responsabilidad el reto del suministro de agua para el campo», al considerar que de ello depende la soberanía de los países.

«Pido unir voces para pedir a la FAO se enfoque en fortalecer la innovación, creación y gestión de conocimientos en materia de uso de agua para la agricultura», dijo.

La FAO, reconocida internacionalmente por liderar el esfuerzo para poner fin al hambre en el mundo, fijó tres prioridades de su gestión en México: apoyar la modernización institucional y fortalecer los mecanismos de gobernanza del agro, para fomentar la resiliencia al cambio climático; la creación de nuevas oportunidades para la reducción de la pobreza de los territorios rurales; y fomentar sistemas y entornos alimentarios saludables y sostenibles para enfrentar la inseguridad alimentaria, el sobrepeso, la obesidad y otras formas de malnutrición.

De acuerdo con el Reglamento Financiero de la FAO, los países pueden perder el derecho a voto en su Conferencia o quedar inhabilitados para ser elegidos como miembros del Consejo, si incumplen el pago de cuotas.

«Un país como México, donde la pandemia por Covid-19 dejó a seis de cada 10 ciudadanos en algún nivel de inseguridad alimenticia y se siguen reduciendo los apoyos al campo, no puede incumplir con sus obligaciones económicas a un organismo como la FAO, pues corre el riesgo de que retire su asistencia técnica», advirtió Eduardo Bueno, internacionalista de la Universidad de las Américas.

Dijo que sin las cuotas de sus miembros la FAO podría dejar de funcionar adecuadamente. «No se ha dado el caso, todavía, pero con sólo 34 por ciento del presupuesto ordinario la organización no puede hacer mucho y podría no responder adecuadamente a una emergencia».

Agregó que en el caso específico de México, el pago puntual de sus cuotas implica una mejora de la proyección del país hacia el exterior, pues refleja el compromiso multilateral que tiene el gobierno mexicano.

Por su parte,l a Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) dijo que no tiene nada que decir por el momento por no contar con la información necesaria, hasta que la FAO le entregue toda la información que requiere.

La dependencia, encabezada por Alicia Bárcena, determinó que el pago de cuotas a foros, organismos y mecanismos multilaterales de los que México forma parte son parte de las prioridades de su presupuesto para este año.